La artritis se refiere a la inflamación de una articulación. La inflamación puede afectar a cualquiera de las estructuras importantes dentro de una articulación, incluido el revestimiento de la articulación (sinovial), huesos, cartílagos o tejidos de soporte.

Hay muchas causas posibles de artritis, estas incluyen el desgaste relacionado con la edad, infecciones, afecciones autoinmunes, lesiones y otras, aunque algunas son mucho más comunes que otras.

Algunos tipos de artritis responden bien al tratamiento y se resuelven sin ningún efecto persistente, mientras que otros tipos de artritis son más difíciles de controlar y pueden ser incapacitantes.

El proceso de diagnóstico de artritis implica varios pasos. Una historia clínica detallada generalmente proporciona la información más útil; a veces se necesitan pruebas de laboratorio (como análisis de sangre y orina), pruebas de imagen (como radiografías) y otras pruebas.

Pueden ser necesarias pruebas de laboratorio y de imagen para determinar la causa de la artritis.

Por ejemplo, si se sospecha artritis reumatoide o lupus eritematoso sistémico, puede ser útil ciertos análisis de sangre en busca de anticuerpos que están comúnmente presentes en estas enfermedades. Estos incluyen el factor reumatoide (RF) y los anticuerpos contra el péptido citrulinado anticíclico (PCC) para la artritis reumatoide y el anticuerpo antinuclear (ANA) para el LES.

Un análisis del líquido dentro de una articulación (líquido sinovial), puede ser útil para determinar la causa de la artritis. Después de adormecer la piel, se inserta una aguja dentro de la articulación y se extrae una muestra de líquido. Este procedimiento se llama "artrocentesis" o "aspiración articular". El análisis del líquido articular es particularmente útil para confirmar que la artritis es inflamatoria y para establecer si la articulación está infectada (artritis séptica) o si hay cristales presentes (gota o seudogota).

Las radiografías proporcionan imágenes detalladas de los huesos. Las radiografías simples muestran las estructuras óseas de una articulación y, por lo tanto, son útiles para detectar daño óseo u otras anormalidades. Otras pruebas de imagen, como el ultrasonido, la resonancia magnética (MRI) y la tomografía computarizada (TC), proporcionan imágenes de los tejidos dentro y alrededor de las articulaciones. Proporcionan información más detallada sobre las estructuras óseas y también muestran cualquier anomalía de los tejidos blandos, como el revestimiento de las articulaciones, los tendones y la bolsa sinovial. Se pueden recomendar una o más de estas pruebas de imagen para detectar erosiones (daño óseo debido a artritis), fracturas, depósitos de calcio o inflamación en una articulación.

Algunos signos y síntomas de artritis requieren atención médica urgente. Si tiene una o más articulaciones inflamadas y cualquiera de los siguientes síntomas, debe consultar con su Médico de Hospitapp, lo antes posible.

• Fiebre
• Pérdida de peso
• Incapacidad para moverse debido al dolor en las articulaciones
• Sensación general de sentirse enfermo
• Debilidad repentina de grupos musculares específicos

El tratamiento de la artritis depende de la causa específica. Los tratamientos más comunes incluyen terapia física y ocupacional, analgésicos, medicamentos antiinflamatorios y medicamentos que inhiben el sistema inmunitario. El tratamiento antibiótico es adecuado para las infecciones bacterianas de las articulaciones.